En sus primeras notas para El Manantial, Ayn Rand describe su propósito como “una defensa del egoísmo en su significado real, una nueva definición de egoísmo y su ejemplo viviente”. Más tarde, afirma su tema como “individualismo versus colectivismo, no en la política, sino en el alma del hombre; las motivaciones psicológicas y las premisas básicas que producen el carácter de un individualista o de un colectivista “.
El “ejemplo vivo” del egoísmo es Howard Roark, “un arquitecto e innovador, que rompe con la tradición, [y] no reconoce ninguna autoridad sino la de su propio juicio independiente”. El individualismo de Roark contrasta con el colectivismo espiritual de muchos otros personajes, que son variaciones del tema de los “segunda mano”: aquellos que piensan, actúan y viven de segunda mano.
Roark lucha para soportar no sólo el rechazo profesional, sino también la enemistad de Ellsworth Toohey, un humanitario amado y destacado crítico de arquitectura; de Gail Wynand, editor de gran alcance; y de Dominique Francon, la hermosa columnista que lo ama fervientemente, pero está dispuesta a destruir su carrera.
El Manantial le hizo ganar a Rand una reputación duradera como una de los mayores defensores del individualismo en la historia.
Ayn Rand describió al Objetivismo como «Una Filosofía para Vivir en la Tierra». Esta idea constituye el eje de las actividades del Ayn Rand Center Latin America, una organización cuya misión es promover y difundir esta filosofía en América Latina, y proveer a sus alumnos y miembros con una guía intelectual, profesional, y personal para defender una sociedad libre y vivir una vida plena.
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