1er Premio del Concurso de Ensayos sobre “El Manantial”. Ensayo por Natacha Baffo


Dominique, el personaje que ha desconcertado a muchos lectores, incluyéndome. Errática, impredecible, sumida en un mar de contradicciones desde el inicio. En este ensayo se intentará explicar el recorrido filosófico de Domique: desde sus premisas al comienzo a su postura al final de la historia, pasando por
los hechos más relevantes para esta transformación.

Comienzo de la historia: premisa del universo malevolente

Al comienzo de la historia, presentando su definición de libertad, Dominique dice: Tomo el único deseo que uno realmente puede permitirse. Libertad, Alvah, libertad. . . Para preguntar nada. No esperar nada. No depender de nada (p.163). En esta conversación Scarret le ofrece avanzar en su carrera como periodista, ella rechaza el puesto porque no quiere tener un trabajo que realmente le guste. Explica que, si ella disfrutara de su trabajo, ese trabajo dependería de Alvah (u otra persona) que a su vez depende de otras personas, personas que eventualmente podrían arrancarle eso que tanto aprecia. Si algo le importara realmente, sería su ruina porque le daría poder al mundo de quitárselo y hacerle daño. Para Dominique, el mundo es un lugar que no permite la grandeza. No cree posible encontrar hombres virtuosos. Apreciar algo la ataría al mundo, la haría ser parte de la red de humanos en las que todos de cierta forma dependen de todos. Dominique no quiere comprometerse realmente con un trabajo (ni con nada) porque no quiere depender de otras personas de ningún modo.

Esta postura (que el mundo no es un lugar propicio para la búsqueda de valores y el desarrollo de las virtudes) es lo que Rand llama: premisa del universo malevolente. Desde esta concepción, el mundo es un lugar donde el sufrimiento y el fracaso son la norma, mientras que el éxito y la felicidad son excepciones. Dominique explica que quiere perfección o nada y como cree que la perfección no puede alcanzarse, elige la nada. De cierta forma, ella cree que sería mayor el sufrimiento de intentar algo y no conseguirlo, o conseguirlo y que luego le sea arrancado. Su foco siempre está en lo negativo, en lo que cree que no puede hacerse en el mundo. Ella quiere no querer. Cree que cualquier deseo sería causa directa de pérdida de libertad y sufrimiento. No desear, es su protección contra la inmoralidad del mundo.

Cuando algo le agrada, no quiere compartirlo con el mundo. Por ejemplo, cuando una escultura le gusta, la compra y la destruye. Le dice a Alvah: […] nunca vuelvo a abrir un libro grandioso que he leído y amado. Me duele pensar en los otros ojos que lo han leído (p.163). Para Dominique, es una profanación del objeto estar en un mundo que no está a la altura, que lo miren ojos que no lo aprecian lo suficiente. La destrucción es, para ella, un modo de preservación de lo perfecto.

Las acciones de Dominique se basan en un profundo temor al mundo. Así, a pesar de ser una persona con criterio propio y cierta independencia, actúa según lo que cree de los demás. Está enfocada en el afuera, en el mundo, en los otros. Y se quita responsabilidad sobre su propia felicidad: la gente no le va a permitir ser feliz.

Conocer a Roark: evidencias y contradicciones.

Roark constituye al mismo tiempo inspiración y evidencia. Como persona, Roark es una prueba viviente de que la integridad es posible. Como objeto de su amor, Roark es para Dominique un valor. Así, la carrera de Howard y su relación van creciendo y entrelazándose en un camino que la conduce a cambiar sus premisas.

Conocer a Roark significa tener algo que valora. Dominique siente deseo por él desde la primera vez que lo ve. Durante su primer encuentro sexual, ella vive una lucha interna. Está enojada consigo misma por sentirse atraída por alguien. Dominique no quiere desear. Para ella, este deseo constituye una pédida de libertad (según su definición). No quería preguntar su nombre. Era su última oportunidad de ser libre (p. 242). Roark la ata al mundo.

Una vez que se reencuentran en la ciudad, ella descubre, no sólo que es arquitecto, sino que fue quien construyó la casa Enright. Roark constituye una prueba de que la integridad es posible. Vive de acuerdo a su propio juicio, persigue sus valores, posee virtudes y se relaciona con otras personas en sus términos. Dominique considera que el mundo no va a permitirle existir. Con el mismo criterio que usa para ella misma, previene que le hagan daño a Howard evitándole trabajar de arquitecto, moviendo sus influencias para que cada posible encargo vaya hacia Peter Keating. Quien no es un arquitecto cualquiera sino la representación de todo lo que ambos consideran vicioso. Al igual que hacía con las obras de arte que le gustaban, prefiere que esos edificios no existan a que existan y sean profanados por este mundo. Prefiere destruir a Roark a que el mundo lo corrompa.

El hecho de que Roark consiga trabajo le causa contradicciones: hay personas que realmente valoran el trabajo de Roark, hay lugar en el mundo para su grandeza. Y hay algo más importante aún: la actitud de Roark con su trabajo. Atraviesa muchos rechazos, pero esto jamás le hace cambiar su forma de ver al mundo, nunca modifica los edificios para que alguien le conceda un trabajo y se mantiene firme en su criterio.

El ejemplo de Howard, genera en Dominique una batalla interna que librará por años. Por un lado, la evidencia de algo diferente, la esperanza de que el mundo es un lugar con “el tipo de gente” de Howard. Por otro lado, la reafirmación de su postura destructiva. Cada vez que Roark no consigue un trabajo ella lo toma como una confirmación de la premisa del universo malevolente.

Luego de que Howard realizara varios trabajos importantes, Dominique comienza a dudar de si realmente no hay lugar para lo bueno en el mundo, empieza a tener esperanzas. Cuando le encargan a Roark el templo, ella accede a ser modelo para la escultura. Se permite ser parte de algo que considera grandioso, bello, perfecto. Pasa días junto a Roark, Mallory y Mike, personas virtuosas. Se permite por unos días sentirse feliz. Pero el juicio es para ella una rotunda derrota, una contundente evidencia de que Roark va a perecer. Reafirma la idea de que el mundo no lo merece. En su declaración en el juicio dice: ¿En qué clase de mundo edifico Roark su templo? ¿Para qué clase de personas? […] Cuando usted ve a un hombre lanzando perlas a los cerdos, sin obtener ni siquiera una costilla de cerdo a cambio, no siente indignación contra los puercos, sino contra el hombre que valora tan poco sus perlas que las arroja al lodo (p. 384). Este hecho la derrumba cuando empezaba a considerar la posibilidad de éxito de Howard, de la virtud. Siente un gran dolor y se enfoca en eso. Reafirma la premisa del universo malevolente. Roark le dice que ella lo siente peor de lo que en realidad es para él. Howard no vive esto como una derrota. Le duele, sí, pero el dolor llega hasta cierto punto. Roark tiene la visión opuesta y ve el dolor como una excepción. Cada “fracaso” de Roark, es tomado por Dominique como evidencia. Incluso, cuando para él no son tal cosa. Cuando Roark está trabajando en la construcción de una pequeña casa, ella lo ve como una derrota porque no se trata de un rascacielos, aunque Roark no lo ve así ya que está haciendo lo que quiere: construir en sus propios términos.

En paralelo, vemos como Dominique no se permite tener una relación de pareja con Roark. Vemos como aplica la destrucción por protección, en este caso con ella misma. Ama a Roark, pero se casa con Keating, primero, y con Wynand, después. Una vez más, el miedo. Debes aprender a no tener miedo del mundo, le dice Roark y le asegura que la va a esperar.

Conocer a Wynand: contraste.

Conocer a Wynand también es un hecho importante para el cambio de Dominique, pero por razones distintas a las de Roark. Se ve reflejada en él porque comparte su visión pesimista del mundo. Dominique escucha en boca de Gail palabras que parecen pensamientos suyos y otras veces, le parece estar escuchando a Roark.

Gail aporta algo clave: contraste. Si Roark es la integridad personificada, Gail es todo lo opuesto. Es la prueba de cómo se encuentra uno al final del camino al no haber actuado en busca de sus propios valores. Tanto Roark como Wynand, tenían la capacidad y la fuerza para lograr grandes cosas en la vida. Roark está demostrando que puede vivir a su manera. Wynand le muestra lo que es vivir según los estándares de los demás. Durante su relación, ella va entendiendo estas diferencias, al mismo tiempo que se va permitiendo disfrutar: disfruta su casa, la soledad, la vida que lleva con Gail. Deja de huir.

La amistad que Wynand forja con Roark, es algo muy significativo para ella. Howard es inspiración para Gail. Esta relación genera cambios en él, se da cuenta de lo que podría haber sido. Y Dominique también. Dominique es testigo de todo: los cambios de Gail, su tristeza, la paz de Roark tirado en la hierba. Ve el contraste entre dos caminos tan distintos de personas, en cierto punto, tan parecidas. […] ese espíritu que es suyo… y que pudo haber sido mío le dice Gail a Howard en su última conversación (p. 745). El triste final de Gail, le muestra cómo haberse rendido al criterio de los demás significó entregarles su vida.

Desenlace: formación de nuevas premisas.

El punto culminante de su transformación ocurre con el caso Cortlandt. El pedido de ayuda de Roark es, en realidad, una prueba para ver si ella estaba lista, si había dejado de tener miedo de vivir. Ella no había podido aceptar el juicio de Stoddard, había huido ante el temor de verlo herido por el mundo, pero en esto había convenido en ayudarlo. […] Era libre, y él lo sabía. (p. 659)

Este hecho termina de confirmar el cambio en Dominique. En sus palabras a Roark en el hospital, se evidencia su transformación filosófica. Si te condenan, si te encierran en la cárcel o te encadenan; si difaman tu nombre con todos los titulares asquerosos, si no te permiten que hagas el proyecto de otro edificio; si no me permiten que te vea, nada cambiará. No mucho. Sólo hasta cierto punto (p. 668). Ahora no sólo cree que la felicidad es posible, sino que sabe que no es algo que otras personas deban darle. Reconoce que su amor por Roark es algo en sí mismo, algo que nadie le puede quitar. No importa lo que pase, su felicidad depende de ellos.

Conclusión

Dominique estaba tendida a orillas del lago. Miraba la casa, en la colina, y las ramas de los arboles sobre ella. […] Era una sincera atención, a la que se entregaba con absoluta satisfacción. […] “Nunca he podido disfrutar antes el espectáculo de la tierra; es un gran entorno, pero no tenía significado excepto como un entorno; pensando en los que la han poseído me dolió mucho. Lo puedo amar ahora […]. He visto la vida de Gail Wynand, y ahora lo sé. Uno no puede odiar a la tierra en su nombre. La tierra es hermosa. Y es un entorno, pero no es de ellos. […] He aprendido a soportar todo, excepto la felicidad”-pensó-. “Debo aprender a soportarla. […] Es la única disciplina que necesitaré de ahora en adelante.” (p. 717)

Aparece en ella la premisa del universo benevolente: ve al mundo como un lugar propicio para su felicidad. La Tierra no garantiza su felicidad, pero tampoco la impide. Los inmorales no son sus dueños y las virtudes tienen lugar. Al final, Dominique también tiene una nueva definición de libertad. La libertad de elegir como vivir.

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